En la madrugada del miércoles 19 de junio, un suceso trágico sacudió la base militar de Facatativá, Cundinamarca. El cabo tercero Francisco José Pardo Olivero, un joven suboficial de 23 años perteneciente al Ejército Nacional de Colombia, decidió poner fin a su vida utilizando su arma de dotación. Este incidente ha desencadenado una serie de cuestionamientos sobre las condiciones y el ambiente laboral dentro de la institución militar.
Franklis Asís Pardo Jiménez, padre del fallecido cabo, reveló que su hijo había estado denunciando durante meses el acoso por parte de su superior, el mayor Andrés López. Según las declaraciones del padre, este presunto hostigamiento tenía raíces en la procedencia caribeña de Pardo Olivero, un aspecto que aparentemente generaba intolerancia en el mayor López. Los padres del joven suboficial manifestaron a medios de comunicación que, a pesar de sus esfuerzos por prevenir esta situación y buscar ayuda en diversas instancias, no recibieron el apoyo necesario.
Una carta fechada el 23 de marzo de 2024, dirigida al comandante del Ejército, arroja luz sobre la gravedad de la situación que enfrentaba Pardo. En este documento, el cabo detallaba el hostigamiento al que estaba sometido, incluyendo preguntas constantes sobre su baja y comentarios presuntamente discriminatorios hacia las personas de origen caribeño. La misiva expone cómo estas acciones afectaban no solo su desempeño profesional sino también su bienestar personal.
El contenido de la carta es revelador: "Hoy 23 de marzo del 2014 en la formación de Iniciación del Servicio el mencionado Oficial, Frente a mis subalternos, me empezó a hostigar diciéndome que pasa que no pide la baja, que espera si me dio la palabra y eso es una de las situaciones que Vivo enfrentando a diario, así como el odio que le tiene a las personas de la región caribe, ya que él no comprende la Inclusión cultural, de igual forma él empezó una campaña para desprestigiarme abriéndome 3 (tres) Investigaciones en un espacio no menor al año, con el fin de acabar mi carrera militar en el periodo de prueba." Estas palabras evidencian la tensión y el malestar que experimentaba el joven militar en su entorno laboral.
El caso no pasó desapercibido para las autoridades competentes. La Procuraduría tuvo conocimiento de la situación, así como el general Royer Gómez Herrera, a quien la madre del cabo también había dirigido una comunicación solicitando intervención. Los padres de Pardo Olivero compartieron un dato aún más estremecedor: este es el segundo hijo de la familia que decide quitarse la vida debido a presiones en el ámbito militar, lo que añade una capa adicional de tragedia a este suceso.
Ante la gravedad de los hechos, el Ejército Nacional emitió un comunicado expresando su pesar por lo ocurrido y asegurando que se están llevando a cabo las investigaciones pertinentes para esclarecer las denuncias presentadas. Por su parte, el Comando de las Fuerzas Militares informó que ha iniciado una investigación interna con el objetivo de determinar cómo se manejaron las denuncias previas y evaluar la actuación del mayor López en este caso.