Desde hace tres días, las salidas de Bogotá y algunas de las principales carreteras de Colombia están parcialmente paralizadas por un paro camionero al que se han ido sumando conductores de autobuses, taxistas y motociclistas inconformes con el incremento en los precios de los combustibles, especialmente el del diésel.
Estas son las claves de las manifestaciones:
1. El precio del diésel
Los transportistas protestan contra la subida, anunciada a finales de agosto por el ministro de Hacienda Ricardo Bonilla, del precio del diésel en 6.000 pesos (unos 1,44 dólares) entre este año y el próximo, que se hará en tres alzas semestrales de 2.000 pesos (0,48 dólares) cada una.
Con el incremento, el precio del galón del diésel quedó, en promedio, en 11.360 pesos colombianos (unos 2,73 dólares) y, según el Gobierno, si se considerara la inflación desde el 1 de enero de 2020, época en la que se congeló el costo de este combustible, hasta hoy debería tener un valor de alrededor de 13.200 pesos (unos 3,18 dólares de hoy).
El pasado 24 de junio, el Gobierno publicó el decreto 763, que regula el precio del diésel para grandes consumidores como empresas petroleras, mineras y cementeras, algo que no aplica a estaciones de servicio ni distribuidores minoristas.
Sin embargo, y esa es una de las molestias de los conductores, el ministro de Hacienda afirmó el 20 de agosto que "hay una inflación imaginaria que sólo se puede resolver con el mundo real".
"El mundo real es que tenemos que ajustar el precio del diésel. Será la próxima medida impopular de este Gobierno. De paso estoy anunciando que hay que tomarla y que no va a haber acuerdo", manifestó Bonilla sobre la medida que finalmente entró en vigor el sábado pasado.
2. Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles
La gasolina en Colombia es subsidiada por el Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (FEPC), que depende del Ministerio de Hacienda.
Sin embargo, desde el primero de octubre pasado comenzó el aumento gradual del precio de la gasolina, una medida que ha causado controversia en el país y que el Gobierno defiende para reducir el déficit fiscal y mejorar la inversión social.
Esa subida fue anunciada por Petro, que manifestó en septiembre del año pasado que había un déficit trimestral de 10 billones de pesos (unos 2.392 millones de dólares) en el FEPC.
Ese subsidio hace que Colombia tuviera entonces una de las gasolinas más baratas de América Latina con un precio por galón de 9.380 pesos (unos 2,24 dólares), que hoy ya está en más de 15.000 pesos (3,50 dólares).
Desde que el presidente hizo ese anuncio no se había tocado el precio del diésel, hasta que ya decidió incrementarlo el fin de semana pasado.
3. Los negociadores
El líder de los manifestantes es el presidente de la Federación de Empresarios del Transporte de Carga (Fedetranscarga), Henry Cárdenas, quien la semana pasada tenía un discurso más calmado pero con el paso de las horas ha endurecido su posición.
El negociador, al que el presidente acusa de ser próximo a la oposición, aseguró que el Gobierno les propuso congelar el precio del diésel con el ajuste que hizo el fin de semana y suspender las siguientes alzas hasta dialogar con los conductores, pero manifestó que "las bases camioneras decidieron seguir en el paro".
Del lado del Gobierno, los encargados de negociar son los ministros del Interior, Juan Fernando Cristo; de Transporte, María Constanza García, y de Minas, Andrés Camacho.
"Entendemos perfectamente la preocupación, especialmente de los pequeños camioneros del país, quienes sienten que se está afectando la economía de sus hogares", expresó Cristo.
Agregó: "Seguimos comprometidos con el diálogo, esa es la esencia de este Gobierno. Respetamos el derecho a la protesta pacífica pero pedimos a los transportadores que levanten esos bloqueos que afectan el trabajo, la salud, y el derecho a la educación de los niños, que reflexionen al respecto".
Durante la jornada de hoy, el Gobierno y los transportadores siguen dialogando pero aún no han llegado a un acuerdo, por lo que el paro continúa y el Gobierno se enfrenta a un tipo de reto que no había tenido hasta el momento.