Por Alejandro Marín
Podcaster, autor del libro Historia secreta de la música y director de La X Más Música 103.9 FM en Bogotá
La cantautora estadounidense de 25 años se ha convertido en un referente por la forma en la que aborda problemas como la depresión, la ansiedad y la adicción a las drogas. Su más reciente álbum, Little Oblivions, revela muchos de los demonios con los que la artista ha tenido que vivir
Cuando llegó la oportunidad de entrevistar a Julien Baker, ya la gira de medios por los Estados Unidos había cubierto todos los aspectos de su vida personal, de manera que la advertencia era no hablar de asuntos personales. Una tarea complicada, dado que Little Oblivions, su más reciente larga duración, es un documento musical que revela muchos de los demonios con los que Baker ha tenido que vivir: una recaída en las drogas y el alcohol, y una lucha constante contra la depresión.
Sin embargo, al encender la cámara de su computadora, en su cuarto en Nashville, Tennessee, hay un punto común entre el periodista y la cantante. “Tenemos el mismo micrófono”, es lo primero que sale de este breve saludo antes de comenzar la entrevista, a lo que entusiasmada contesta con una sonrisa: “Son fabulosos los SM7B. ¿Sabías que todas las voces de ‘Thriller’, de Michael Jackson, se grabaron con este micrófono?”. El hielo se rompe de inmediato y la siguiente es una conversación con una de las mujeres más influyentes del rock del siglo XXI.
Alternativa: ¿por qué será que nos gusta ese micrófono? De verdad que no lo comprendo, porque cada vez que converso con personas que saben mucho de sonido me dicen: “Ese micrófono es cool, pero la ganancia es muy baja”, ¡y es verdad!
Julien Baker: es cierto, pero, de hecho, yo grabé todo Sprained Ankle (disco debut) en un micrófono SM7B y me gusta usarlo en los shows en vivo. No estoy comparando, pero toda la grabación de “Thriller”, de Michael Jackson, se hizo con un SM7B.
Alternativa: ¿estás bromeando? ¿Cómo sabes eso?
JB: ¡no, no estoy bromeando! Bueno, pues es que estudié sonido. Usualmente no me gusta oír mi voz sin un poco de la textura Neumann ni cuando suena muy nítida. Me gusta con un poco de… no sé. También estoy diciendo esto mientras hago demos desde mi casa, entonces tampoco es que me considere una gran nerd del sonido.
Alternativa: cool. ¿Por qué decidiste volver a la universidad? Esto es algo que no quería decirlo pero lo voy a decir de todas formas porque me da curiosidad: yo intenté volver a la universidad el año pasado con todo eso de la pandemia pasando pero simplemente no se dio, en mi caso. ¿Por qué decidiste volver a la academia?
JB: no lo sé. Me va terrible con las clases online. Necesito el encuentro, la participación. No sé si habría sido capaz de lograrlo si hubiera esperado hasta que la pandemia empezara. Decidí volver a la universidad (es chistoso, pues justo hace unos momentos estaba hablando de esto) cuando terminé la gira porque… no sé. Era evidente que no era saludable para mí seguir en el tour y que necesitaba un descanso; sin embargo, al mismo tiempo sabía que, si volvía a casa y me quedaba en el apartamento, me iba a enloquecer. Siempre quise terminar mi carrera y solo me faltaba un semestre, entonces me registré, como para tener cierto tipo de responsabilidad extra. Era eso, básicamente; quiero decir, además de tener mi diploma. Cuanto más iba a clases y más tiempo pasaba en la universidad, más me daba cuenta de cuánto extrañaba vivir en una comunidad estudiantil, que mis días no consistieran solo en tocar mi propia música, imaginarme como intérprete y sentirme cada vez más observada por todo el mundo. Estuvo bien simplemente estudiar literatura y, de cierta forma, distanciarme de eso.
Alternativa: el hecho de haber vuelto a la universidad, ¿tuvo algo que ver con tu decisión de trabajar con una banda en este disco?
JB: yo ya tenía un par de demos mucho antes de volver a estudiar y me imaginaba que tendrían baterías y esas cosas, pero me sentía muy dudosa sobre cómo iba a lograrlo, en términos estilísticos y temáticos. Creo que volver a la universidad y desprenderme de la música como trabajo me permitió sentirme más cómoda experimentando con sonidos y menos apegada a esa “persona” que se había construido alrededor de mí como artista. Fue muy gratificante, pues desmanteló todos estos parámetros que yo creía que existían acerca de lo que podía o no podía hacer, sonidos que debía o no debía incorporar en mi música… ya sabes, cómo hacer una canción de la cual me pudiera sentir orgullosa.
Alternativa: ¿cómo enfrentas el duelo? Solías correr para lidiar con la ansiedad, pero te lesionaste las rodillas. ¿Qué haces hoy en día para afrontar el sentimiento de pérdida?
JB: aún salgo a correr, solo que no puedo correr tanto o tantos kilómetros como antes, en especial cuando estaba de gira y hacía maratones de larga distancia y cosas así… Creo que fue casi como un ejercicio mental el haber tenido que pasar por lesiones en mis tendones y en mis rodillas. Las lesiones me obligaron a encontrar otras maneras de lidiar con la pérdida. Me obligó a dejar de ver el ejercicio de correr como un logro o algo para lo que estaba entrenando y simplemente verlo como el hecho de que me tomo el tiempo de estar afuera y estar sola y procesar mis pensamientos, sin que tenga que ser algo productivo. Tal vez correr es mucho menos creativo que la danza. No me imagino ser bailarina y no poder bailar nunca más; supongo que eso sería como si yo no pudiera tocar música otra vez.
No sé, creo que la manera en la que afrontó el duelo es aceptando que está ahí. Fui durante muchos meses a terapia y hay tantas maneras en las que la gente te dice cómo afrontar el dolor, cómo separarlo, cómo no categorizarlo, cómo construir estrategias sanas… pero la práctica más útil que he encontrado en el último par de años es que me he permitido sentir la tristeza en vez de maquillarla o hacer acrobacias mentales para autoconvencerme de que no debería estar triste y simplemente verla en términos corporales o físicos. En este momento estoy triste y no tengo que interactuar con esta verdad con tanto miedo. Ahora sé que a veces voy a sentirme triste y eso no significa que nunca voy a sentir felicidad otra vez. Es bien difícil, pero eso, desafortunadamente, es la vida, creo.
