El crack argentino recibió en París la séptima distinción a mejor jugador del mundo.
Luego de dos temporadas, el Balón de Oro, otorgado por la revista francesa France Football, vuelve a la vitrina personal de Lionel Messi.
En esta oportunidad derrotó al delantero polaco Robert Lewandowski, a quien le dijo: “Todos sabemos que lo debiste ganar el año pasado y ojalá te lo den y lo puedas tener en tu casa».
El podio lo completó el brasileño nacionalizado italiano Jorginho, quien ganó la Eurocopa con Italia y la Champions League con el Chelsea.
“Las anteriores veces que gané el Balón de Oro sentía que me faltaba algo, me quedaba una espinita”, dijo el rosarino de 34 años, haciendo referencia a la Copa América ganada con Argentina frente a Brasil en el Maracaná. En dicha competición fue el máximo goleador y asistente con cuatro y cinco respectivamente, además de ser el mejor jugador del certamen.
“Gran parte de este premio fue por lo que hicimos en la Copa América. Mi mayor premio lo conseguí en julio. Mi sueño era conseguir algo con la camiseta de Argentina”, dijo el astro gaucho.
El rendimiento del Barcelona no fue el mejor, pero Messi siempre maquilló la crisis del equipo que dirigía Ronald Koeman con sus brillantes actuaciones, que solo le permitieron ganar una Copa del Rey.
Así pues, pese a las críticas porque el delantero del Bayern Múnich tuvo grandes números, Messi se consagró con el siguiente rendimiento en la temporada, contando Selección, Barcelona y PSG: 56 partidos, 41 goles, 17 asistencias y dos títulos.
El Balón se lo entregó su amigo Luis Suárez, por lo cual dijo que lo emocionaba mucho, así como tener a su familia presente. Al terminar su discurso dijo: “Son siete y la verdad que es algo extraordinario, algo que nunca pensé”.
En la gala también se entregaron otros premios, como el destinado al mejor jugador joven, que se lo llevó el español Pedri, de 19 años. Robert Lewandowski se llevó el del mejor delantero del año; Alexia Putellas, capitana del Barcelona femenino, se consagró con el Balón de Oro femenino. Como arquero del año, fue reconocido a Gianluigi Donnarumma y el equipo de la temporada fue el Chelsea.
Por último, hubo un reconocimiento para Simon Kjaer, capitán de Dinamarca, quien fue el salvador cuando su compañero Christian Eriksen se desplomó en la Eurocopa. Kjaer fue quien auxilió a su compatriota sacándole la lengua, para que no se ahogara luego del desmayo.
