El 4 de noviembre de 2023, el corregimiento de El Plateado, en el sur del Cauca, se convirtió en el escenario de una asonada que forzó a los miembros del Ejército Nacional a abandonar la zona, desatando una ola de violencia e incertidumbre en una región ya golpeada por la confrontación armada.
Era un día cualquiera en El Plateado, hasta que el estruendo de la violencia interrumpió la tranquilidad de la zona. Un grupo de personas, presuntamente bajo la influencia de la estructura Carlos Patiño de las disidencias de las Farc, sacó a la fuerza a los soldados que intentaban garantizar la seguridad de la comunidad. Con empujones, amenazas e improperios, los civiles impulsados por estos grupos armados obligaron a los uniformados a retirarse.
El conflicto en El Plateado no es un fenómeno aislado. En las semanas previas, la comunidad había sufrido ataques con drones que culminaron en la muerte de Dilan Camilo Erazo, un niño de 10 años, quien fue víctima de un artefacto lanzado sobre el polideportivo del pueblo. Esta trágica pérdida resuena en la memoria de los habitantes, quienes ven cómo la violencia ha transformado su vida cotidiana.
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Las repercusiones de la asonada son inminentes. La justicia se prepara para actuar, y se anticipa que se emitirán órdenes de captura para aquellos involucrados en la acción del 4 de noviembre y en incidentes similares que han desafiado la autoridad de la Fuerza Pública. Los delitos que se les atribuirán incluyen asonada, violencia contra servidor público, secuestro simple y concierto para delinquir, según los artículos pertinentes del Código Penal Colombiano.
Las pruebas que respaldan las acciones de las autoridades son contundentes. Videos grabados por pobladores y por las tropas, a través de BODYCAMS, han permitido la identificación de varios participantes en la asonada. La Fiscalía Cuarta Seccional de Popayán ha recibido denuncias y está en la mira de quienes obstaculizan la labor de la Fuerza Pública, subrayando que cualquier acto de violencia que abuse del derecho de asociación será penalizado con cárcel.
Además, la estructura Carlos Patiño ha sido vinculada a otros delitos graves, como homicidios selectivos y el reclutamiento forzado de menores. Entre los responsables se encuentran alias Giovanni, alias La Mona y alias Paola, que ahora son objeto de atención por parte de la Fuerza Pública. También figura alias Gafas, conocido por su papel en el Bloque Occidental Jacobo Arenas, quien ha continuado delinquiendo tras su liberación, siendo recordado por su implicación en el secuestro de Ingrid Betancourt y otros ciudadanos.
