En una declaración contundente, el Papa Francisco ha calificado como "deplorable" la práctica de la maternidad subrogada, afirmando que esta ofende gravemente la dignidad de la mujer y del niño. Durante su audiencia a los miembros del cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede, el pontífice condenó la explotación de la situación de necesidad material de la madre y declaró que un hijo no debe ser objeto de un contrato. Haciendo un llamado urgente, el Papa instó a la comunidad internacional a comprometerse en la prohibición universal de esta práctica.
En su discurso, el Papa Francisco señaló la persistente difusión de una "cultura de la muerte", especialmente en Occidente, que descarta a los niños, ancianos y enfermos en nombre de una falsa compasión. Consideró la maternidad subrogada como una forma de "comercialización" del cuerpo humano y subrayó que la preservación de la vida humana en todos sus momentos es fundamental. El Sumo Pontífice destacó que el camino hacia la paz exige el respeto absoluto a la vida, incluyendo la del niño no nacido en el seno materno.
La Iglesia católica, en línea con su oposición previa, reiteró su postura en contra de la gestación subrogada, una técnica de procreación médicamente asistida que implanta un embrión en el útero de una gestante subrogada. En este contexto, el Papa Francisco hace un llamamiento directo a la comunidad internacional para comprometerse en la prohibición global de esta práctica.
La gestación subrogada comercial, donde la gestante recibe una compensación financiera, es autorizada en algunos estados de Estados Unidos, mientras que pocos países del mundo permiten esta práctica, y generalmente sobre una base "altruista". Este pronunciamiento se suma a la postura ya expresada por el Papa en junio de 2022, cuando calificó la gestación subrogada como una "práctica inhumana".