Hamás anunció este viernes que no liberará a los rehenes que mantiene en su poder hasta que Israel cese su ofensiva en Gaza, retire sus fuerzas del territorio palestino y ponga en libertad a los prisioneros palestinos. Jalil al Hayya, un alto responsable del grupo islamista, declaró en un video que "los rehenes no quedarán libres a menos que cese la agresión contra nuestro pueblo y nuestros heroicos prisioneros salgan de las cárceles de la ocupación".
En el mismo video, Al Hayya confirmó la muerte del líder de Hamás, Yahya Sinwar, quien fue abatido en una operación israelí. "Lloramos la muerte del gran jefe, el hermano mártir, Yahya Sinwar, Abu Ibrahim", declaró el alto dirigente, radicado en Catar. Sinwar, considerado el responsable del ataque del 7 de octubre en Israel, fue una figura clave para Hamás.
Mientras tanto, Israel continuó este viernes con sus bombardeos en la Franja de Gaza, en medio de una doble ofensiva que también se desarrolla en el sur del Líbano contra Hezbolá, grupo aliado de Hamás. El asesinato de Sinwar, según el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, marca "el principio del fin" de la guerra en Gaza. Netanyahu subrayó que la ofensiva no se detendrá hasta capturar a los responsables del ataque y lograr el regreso de los rehenes.
También le puede interesar: Netanyahu confirma muerte del líder de Hamás: "Es el principio del final en Gaza"
El jefe del Estado Mayor del ejército israelí, Herzi Halevi, también reafirmó que los bombardeos continuarán hasta alcanzar los dos objetivos principales de la operación: la captura de los responsables del ataque y la liberación de todos los rehenes retenidos en Gaza.
En medio del conflicto, el número de muertos sigue aumentando. Según la ONU, más de 42.438 palestinos han muerto en la ofensiva israelí, en su mayoría civiles. La agencia de la ONU para los refugiados palestinos (Unrwa) alertó sobre un "riesgo real" de hambruna en Gaza, acusando a miembros del gobierno israelí de usar esta crisis como "un arma de guerra".
Además, en Líbano, al menos 1.418 personas han perdido la vida desde el 23 de septiembre, mientras que casi 700.000 han sido desplazadas por el conflicto, según datos oficiales y de la ONU.
