Yo no siento vergüenza de hablar español - diría por allá en 2023 la vicepresidenta Márquez. Su jefe, por allá en el pasado (2018) decía que no se podía medir la capacidad real de un presidente colombiano en resolver los problemas de su sociedad por sí habla inglés o no. Ni lo uno, ni lo otro, ambos no son defensores del buen lenguaje y el problema es que la educación y cultura de una nación se ven reflejadas en sus líderes. Muy triste quienes nos representan.
Toda esta introducción lingüística para anotar una frase en latín, lengua que tiene más de 4 mil años de existencia, que nos trae un significado que nos cae como anillo al dedo de cara al 2026: De las cenizas resurgiremos.
Y ¿por qué hago referencia a esta frase? Nada más ni nada menos porque leo con detenimiento las reflexiones del ex ministro de Salud Mauricio Santamaría sobre los malos augurios al sistema de salud colombiano que, poco a poco, lo está acabando el Gobierno Petro.
Llevamos más de tres décadas navegando en un sistema imperfecto pero sí moderadamente resolutivo. Según Santamaría, vamos a tener en dos años un sistema totalmente público donde quienes más van a sufrir son aquellos con menores recursos. Tanto que Petro decía que salvaguardaría a los menos favorecidos y lo que está haciendo es enterrarlos vivos.
Más preocupado quedé cuando escuché decir a Francia que el proyecto de Petro no se logra en 4 años. ¡A ver! Llevan dos años viviendo sabroso, sin hacer nada, y ahora ni siquiera se centran en gobernar y ¿quieren otros 4 años? Un nuevo periodo presidencial para seguir engañando al pueblo, comprando camiones para distribuir agua en La Guajira siendo una corruptela inmensa que derrocha los recursos de la nación y sin ninguna misión que genere resultados. Desalojan o desalojan, que no crean que nos aguantaremos más ineptitudes.
Tal vez esa ausencia de tecnicismo del Gobierno es la que impulsa los deseos de Laura Sarabia para disque ser presidente en un futuro. Tanta desidia genera ambiciosas plataformas sin otra base que la ignorancia atrevida del tuerto en el país de ciegos.
A este Gobierno del expandir el virus de la vida por las estrellas del universo, solo nos deja una conclusión: Petro debió ver varias veces las series de Cantinflas porque sí que le gusta enredar. Perdón, me equivoqué, porque Mario Moreno era mucho más ágil mentalmente. Fue un verdadero artista de la vida y dejó un legado de un humor creativo. El otro da risa de cara al mundo entero.
Soy un optimista de que para 2026 surgirá una nueva figura política diferente en la que confluirá una mayor aceptación de todo el país. Nuestra nación será un ave fénix que tendrá que levantarse de las cenizas en las que nos dejó este Gobierno del Cambio de Petro. Surgirá alguien que verdaderamente haya sacrificado su vida en pro del bienestar de los demás. Esa persona tendrá que reorganizar la Casa de Nariño porque los actuales inquilinos la están dejando como una pocilga, donde impera el desorden, las falacias, el multiverso, la posverdad y todos los epítetos para decirle al actual arrendatario que es tan brillante como un agujero negro doblemente denso.