El pasado lunes 25 de marzo, las disidencias de las FARC llevaron a cabo una inusual acción en el corregimiento de San Juan del Micay, una zona rural de El Tambo, Cauca. En un gesto que ha generado controversia, las disidencias entregaron una ambulancia y también inauguraron un centro de salud en esta región, considerada uno de los bastiones de su estructura ilegal.
La entrega de la ambulancia y la apertura del centro médico se llevaron a cabo en un acto que reunió a personas de doce veredas del corregimiento de El Tambo. Sin embargo, hasta el momento, las Fuerzas Militares no han emitido comentarios al respecto. El evento, que se extendió durante tres días, contó con la presencia de Nelson Enrique Ríos, alias “Gafas”, uno de los delegados de las disidencias de las FARC en la mesa de diálogo con el Gobierno Nacional y el Estado Mayor Central.
Según un comunicado emitido por la organización criminal liderada por Iván Mordisco, la ambulancia y el centro médico fueron entregados como parte de los “aportes” realizados por la guerrilla en San Juan del Micay. Estos aportes, según el mismo documento, se financiaron mediante “cobros de pequeños aportes” que, supuestamente, fueron decididos por la comunidad local.
Este hecho se suma a otros eventos recientes en la región. Hace poco, se conoció sobre la supuesta apertura de un colegio en San Vicente del Caguán, lo que ha generado interrogantes sobre las intenciones y estrategias de las disidencias de las FARC en el área.
La donación de la ambulancia y la inauguración del centro de salud han dejado a la comunidad y a las autoridades perplejas. ¿Qué motivó a las disidencias a realizar esta acción? ¿Cuál es su objetivo detrás de estos gestos inesperados? Las respuestas aún no están claras, pero la presencia de “Gafas” en el evento y la participación activa de la comunidad local en la financiación de estos proyectos añaden un elemento de misterio a esta historia.
En un contexto donde la violencia y la incertidumbre persisten, la ambulancia y el centro de salud se convierten en símbolos de esperanza para los habitantes de San Juan del Micay. Sin embargo, también plantean preguntas sobre la relación entre las disidencias de las FARC y las comunidades locales en una región marcada por décadas de conflicto armado.