Juan Camilo Restrepo Salazar ha ocupado todas las dignidades posibles. Ha sido ministro de Hacienda, Agricultura, embajador, senador, delegado de paz. Es considerado el más liberal de los conservadores ideológicos y partidistas. Sigue opinando sobre el curso del país y esta vez no se guardó agua en la boca para dirigir sus críticas al gobierno Petro.
Alejandro Villegas : Al comienzo del gobierno, en una entrevista, usted dijo que Petro no era el Apocalipsis que muchos vieron venir. ¿Un año y 3 meses después, sigue pensando igual?
Juan Camilo Restrepo: Si por Apocalipsis se entiende una situación en la que hay una implosión del Estado, de la economía, una parálisis total, no lo ha sido. Eso no quiere decir que las cosas vayan bien. Sin estar en Apocalipsis, uno puede ir mal y eso es lo que le está sucediendo al país. Las cosas empiezan a mostrar síntomas de deterioro por todas partes. Hay un desgobierno grande; no estamos en una catalepsia, pero no estamos bien.
Usted escribió una columna diciendo que Petro resume la “depreciación de la palabra presidencial”. ¿Resultó ser: “perro que ladra y no muerde”?
Este es un sistema de gobierno muy curioso que consiste en ir poniendo la agenda nacional en base a dos o tres trinos que lanza por semana planteando cosas que no se pueden hacer, pero sí ponen a la gente a hablar. Esas son hojarascas verbales que van detrás de un aplauso; obtiene el aplauso, pero nunca se ejecuta.
El país lleva una inercia en muchos aspectos, ¿pero esa falta de direccionamiento puede llevarnos a un freno en seco, especialmente en el frente económico?
No a un freno en seco, pero sí nos está sucediendo lo que le ocurre a un tren cuando se empieza a acercar a la estación. Empieza a perder velocidad, sigue la inercia hasta que finalmente para. Estamos perdiendo velocidad e inercia, y no es que vayamos a llegar a una parálisis total, pero todos los indicadores muestran que el gobierno va mal, pero la economía va peor.
Usted conoce a fondo el agro colombiano y fue el gran impulsor de la Ley de Tierras, ¿cómo va ese proceso en el actual gobierno y cómo juzga a la ministra de Agricultura? Muchos la perciben más como activista que como funcionaria de Estado
Petro ha dicho acertadamente que su programa agrario es desarrollar el acuerdo de La Habana en su punto uno, y eso está bien como planteamiento. Ahora lo que tiene que hacer es desarrollar ese postulado. El punto uno dice que, en el postconflicto, que es un periodo multianual,
debe haber una distribución de tierras del orden de 3 millones de hectáreas para los campesinos sin tierra o tierra insuficiente, debe haber titulación de 7 millones de hectáreas y debe haber programas de desarrollo rural, porque la reforma agraria no sólo es entregar tierras peladas.
Creo que, por la premura, están cometiendo algunos errores, como en la comunicación. Por ejemplo, dijeron en un decreto para consulta, que parte de las tierras que se van a entregar son provenientes de la extinción de dominio o cuando haya protuberante mala explotación o contrariamente a la política ambiental. ¿Por qué un error? porque han dicho que ese proceso será de una única instancia, que será la Agencia de Tierras. Eso debe corregirlo el Ministerio de Agricultura con una segunda instancia, como son los jueces agrarios.
Pero no me ha respondido. ¿Ameritaba el relevo de Cecilia López por Jennifer Mojica a quien leen como más radical?
Pero es que las reformas agrarias siempre requieren más radicalidad, pero de la mano de la ley y el Estado de derecho.
Se ha publicitado mucho la “paz total” y usted que fue protagonista en los diálogos con el ELN en el gobierno Santos, ¿qué lo haría creer que esta vez sí van en serio?
Hay que creer en la paz y no tirar las llaves al fondo del mar, sino estaríamos en guerra permanente, pero dicho eso, creo que es un proceso que va mal, muy desordenado, muy desbordado, improvisado. No tienen ni siquiera la Ley de Sometimiento que le dé el marco legal como lo que se vio en Tibú cuando prácticamente se agredió al comisionado de Paz para que firmaran lo que querían unos manifestantes radicales. De manera que lo que va menos mal, es el proceso de paz con el ELN.
En una de sus columnas aseguró que la verdadera negociación con el ELN empezará en año y medio. ¿Por qué lo cree?
Porque lo dicen los protocolos y Antonio García: de aquí a mayo de 2025 nos vamos a concentrar en las consultas con la sociedad civil. La negociación seria sobre los temas de paz, apenas comenzarían en mayo del 2025 cuando a Petro le falte año y medio para terminar. A esto se le suma una declaración del señor Gabino, que no la he visto desmentida, que el ELN jamás entregará las armas.
Con el descalabro en las elecciones regionales para el Pacto Histórico, ¿cómo quedará el gobierno Petro?
Va a quedar muy decapitado. El argumento era que por Petro votaron 11 millones de personas y por lo tanto todas sus ideas y caprichos había que seguirlos al pie de la letra y eso pierde todo fundamento. El Congreso no tiene porqué votar a pie juntillas todo proyecto mal redactado y peor cuantificado fiscalmente, como está sucediendo con las reformas, así que tendrá que concertar.
¿O puede terminar radicalizándose?
¿Pero qué significa radicalizarse?, ¿más de lo que está?
