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Elecciones 2023

El termómetro

Si bien el Gobierno tiene la chequera, el territorio tiene la gobernabilidad.

Archivo Alternativa

23 millones de colombianos salieron el pasado 29 de octubre a las urnas, sin dejarse amedrantar por los terribles hechos de violencia ocurridos en algunos departamentos como Nariño, Cesar y Putumayo, cansados por los malos manejos, la corrupción e inseguridad que azotan diariamente a nuestro territorio.

Sin duda alguna, las grandes vencedoras fueron la derecha y la centro derecha, quienes consiguieron quedarse con las principales ciudades del país, propiciándole un duro golpe al Gobierno nacional, encabezado por Gustavo Petro, que a la fecha no se repone ni acepta la abismal derrota.

Los resultados obedecen a varios factores, entre ellos el arrepentimiento de cientos de sus simpatizantes, que en 2022 dieron su voto de confianza a la falsa promesa de un cambio, al logro de la anhelada paz que todos queremos y al descontento social ocasionado por las famosas reformas, las mesas de diálogo de paz, la inestabilidad en su gabinete y el desgobierno.

La situación es crítica, la moral de la fuerza pública es cada vez es más baja, al no contar con el respaldo ni las garantías necesarias para desempeñar tan importante labor.

Un ejemplo de esto, es lo sucedido en el Plateado Cauca, con la asonada por presencia del Ejército en el corregimiento y el secuestro de más de 100 de nuestros militares por parte de las Farc, lo cual es sencillamente inadmisible y causa no solo indignación, sino preocupación al ver quiénes están poniendo realmente las reglas, pues tal y como se evidencia en el comunicado emitido por las disidencias de las Farc este 5 de noviembre, no es el Gobierno nacional quien tiene las riendas, sino un grupo terrorista, que aduce un “incumplimiento total” tras aumentar el pie de fuerza, y sin ningún tipo de vergüenza exige elaborar un documento en donde el Estado se comprometa con el cumplimiento de cada uno de los acuerdos adoptados, para poder continuar con las negociaciones.

Hoy somos muchos a los que nos regresó la esperanza, los que confiamos en los nuevos dirigentes, que no tendrán una tarea fácil al hacer contrapeso a la administración actual, pero cuentan con el respaldo de una gran mayoría para recuperar el rumbo de Colombia, teniendo certeza de que esto apenas inicia y no sólo con el voto se salva a todo un país.

Es clave que las partes reconozcan que se necesitan, pues si bien el Gobierno tiene la chequera, el territorio tiene la gobernabilidad; estas elecciones imponen la necesidad de tener en cuenta a los amplios sectores que no ven con buenos ojos la gestión de la máxima autoridad y deja claro que no son las marchas, los balconazos ni las encuestas mandadas hacer por Presidencia, las que indican qué tan feliz está la ciudadanía.

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