En una carta enviada desde la cárcel en la que cumple condena, Mohammadi expresó su agradecimiento a la comunidad internacional y destacó la lucha de su pueblo contra el autoritarismo en Irán.
Mohammadi, de 51 años, ha pasado gran parte de las últimas dos décadas en prisión y ha sido condenada en múltiples ocasiones, acumulando un total de 31 años de cárcel. A lo largo de su vida, ha sido una ferviente defensora de los derechos de las mujeres y ha denunciado los abusos en las cárceles iraníes.
En su discurso, Mohammadi afirmó: "Estoy escribiendo este mensaje detrás de los altos y fríos muros de una prisión. Soy una mujer iraní que se enorgullece y está honrada de contribuir a esta civilización, que ahora es víctima de la opresión de un régimen religioso tiránico y misógino".
La activista expresó su confianza en que el premio tendrá un impacto significativo en la movilización del pueblo iraní por la paz, la libertad y la democracia. Además, destacó la necesidad de su existencia como una "mujer encarcelada" ante las carencias de libertad, igualdad y democracia en su país.
Mohammadi, que ha enfrentado problemas de salud, inició una nueva huelga de hambre en solidaridad con mujeres bahá'ís encarceladas en Irán, coincidiendo con el Día Internacional de los Derechos Humanos. Su familia y defensores de derechos humanos han solicitado en reiteradas ocasiones su liberación por razones humanitarias.