El presidente de Colombia, Gustavo Petro, denunció este jueves que la estrategia contra las drogas de las últimas décadas "ha fracasado" y que la ONU no puede estar "sorda y ciega" ante la necesidad de un cambio de enfoque que privilegie la salud pública sobre la criminalización.
"Las drogas ilícitas están a la mano de todos, mientras que las medicinas controladas no les llegan a los pacientes que más las necesitan", denunció el mandatario durante su intervención por videoconferencia ante la Comisión de Estupefacientes de la ONU, que inició en Viena una reunión de dos días.
Petro dijo que el "negacionismo" que impera ante el fracaso del sistema multilateral de drogas obliga a los países a responder dentro del marco "flexible" de los tratados internacionales y dijo que su país lo hará primando los derechos fundamentales de los ciudadanos.
"La hoja de coca forma parte de nuestra historia y no es ella el problema", dijo Petro, quien anunció que su Gobierno dará oxígeno a los campesinos que la cultivan y asfixiará a quienes se lucran traficando cocaína.
Petro dijo que Colombia quiere abrir este debate y llevarlo a la comunidad internacional.
"Queremos hacerlo todo con Naciones Unidas, pero no con unas Naciones Unidas sordas, ciegas y en silencio", aseguró.
Petro denunció que un millón de personas han sido asesinadas en América Latina, la región más violenta del mundo por, dijo, "la criminalización de las drogas" y aseguró que el abuso de las sustancias ilícitas sólo puede ser mitigado mediante una política de reducción de daños que privilegie un enfoque de salud pública.
El presidente de Colombia enumeró ese número de fallecidos en América Latina entre los datos que constatan el fracaso de "esta guerra contra las drogas".
Además, dijo, se manifiesta en el aumento del consumo de fentanilo, opioide sintético hasta 50 veces más fuerte que la heroína, en Estados Unidos, donde, dijo, causa 100.000 muertos al años.
Y también, afirmó, en las decenas de millones de presos en toda la cadena del narcotráfico, incluido el campesinado que produce hoja de coca.
Petro calificó de "global, anacrónico e indolente" el actual sistema de lucha contra los estupefacientes.
El jefe del Estado colombiano también se refirió a la "destrucción de la democracia por la corrupción y por la toma armada de territorios por organizaciones criminales en América Latina".
Democracia en juego
"La salud de nuestras democracias está en juego", advirtió Petro.
"Las mafias de la droga, que se crean por la prohibición y la criminalización, trasladan sus dineros al Norte para beneficio del sistema financiero, controlado por los grandes capitales, y dejan en nuestro Sur global violencia y destrucción", denunció.
Petro dijo que esos poderes no quieren instituciones fuertes ni pueblos con sus necesidades básicas cubiertas sino que "las necesitan débiles para corromperlas y gobernar".
"Los necesitan débiles y corrompidos para ponerlos a cultivar, producir y traficar", planteó.
"La salud de nuestras sociedades está en juego", dijo el presidente, quien insistió en que el riesgo que suponen el uso y consumo de drogas ilícitas "solo puede ser mitigado por una política de reducción de daños que privilegie un enfoque de salud pública".
Petro dijo que su país aplicó en el pasado políticas equivocadas que le fueron impuestas desde fuera y que Colombia "puso los muertos" y encargó a las fuerzas del orden una "misión imposible", al tiempo que convirtió en enemigo a las comunidades campesinas.
El presidente dijo que violaron derechos, se destruyó el ecosistema y se sacrificó el desarrollo "por una guerra que querían otros".
Petro dijo que el problema mundial de las drogas es, en verdad, un reflejo de "la soledad de millones de personas en sociedades desarrolladas hoy adictas al consumo de drogas" (...).
EFE