Viernes, 26 de abril de 2024
Suscríbase
Viernes, 26 de abril de 2024
Suscríbase
pacto histórico

El embate del Pacto Histórico al progreso económico y al uribismo

En ‘Conversaciones de país’, un espacio creado por Caracol Televisión […]

En ‘Conversaciones de país’, un espacio creado por Caracol Televisión y La Silla Vacía para conocer lo que piensan los precandidatos presidenciales, los de la coalición de la izquierda sentaron posturas e hicieron propuestas muy preocupantes.

En la conversación, estuvo el líder de la coalición de la izquierda radical, el senador Gustavo Petro, acompañado por el también congresista Roy Barreras, el exgobernador de Nariño Camilo Romero, el pastor Alfredo Saade y la líder indígena Arelis Uriana. Todo ellos como precandidatos. Faltó Francia Márquez, la aspirante presidencial de los afrocolombianos.

Las posiciones predominantes en las intervenciones de los aspirantes fueron dos: una, el rechazo al desarrollo económico y, dos, el repudio al uribismo.

Quedó claro que la libertad para hacer empresa, el progreso económico, el éxito y la riqueza no son tema de la coalición, pues es evidente la hostilidad frente a la propiedad privada, la acumulación de riqueza, el libre comercio, la producción de petróleo y minería, y la inversión extranjera. Un gobierno de cualquiera de estos candidatos sería un tropiezo para aquellos que quieran sacar adelante un negocio.

Petro, por su lado, dejó claro que tomaría decisiones radicales apenas llegue a la Casa de Nariño si gana. Su arma serían los decretos. “No se necesita más”, dijo al hablar de subir los aranceles con el fin de proteger la producción agrícola nacional y la industria, lo cual podría enterrar los acuerdos de libre comercio que benefician a muchos exportadores.

También dijo: “La transición energética comienza con un decreto el primer día”, lo cual significaría la prohibición de nuevos contratos para la exploración petrolera y quizás otras actividades mineras. Renunciar a explorar más se traduciría en un rechazo a la inversión extranjera y crearía a futuro un hueco fiscal por cuenta del fin de las exportaciones petroleras, el principal rubro del comercio exterior del país, sin alternativa que lo llene. La confianza en Colombia y en Ecopetrol se podría afectar con una medida como esa, que podría también espantar al capital extanjero y al local.

Petro dijo que, igualmente, buscará introducir cambios con leyes. Y sabe que, para ello, necesita poder en el legislativo. “Por eso uno de nuestros objetivos es que en marzo no solamente se vote por la consulta presidencial del Pacto Histórico. El que quiera votar por mí, que vote también por cambiar el Congreso de la República, vote por las listas del Pacto al Senado y a la Cámara, porque así vamos a transformar las leyes que han convertido derechos en negocios y que necesitamos restituir como derechos genuinos de la gente”, dijo.

También respondió una pregunta sobre por qué habia dicho que sacaría a la gente a la calle si el Congreso le bloqueaba sus reformas. Su respuesta da una clara idea de que no tiene temor a imponer sus deseos con manifestaciones, con democracia plebiscitaria. “En una democracia todas las instituciones son propiedad de la ciudadanía. Ella controla y es dueña del Congreso, de la Presidencia. Puede movilizarse”, afirmó.

El odio al uribismo fue evidente en varias respuestas de los candidatos. El exgobernador Romero dijo esto a una pregunta sobre que apoyos recibiría: “Lo que la gente está buscando no es solo el fin de Duque, sino el fin de la era del uribismo. Para mí esa es la línea roja (…) Por supuesto, habrá uribistas arrepentidos: bienvenidos y bienvenidas. Yo estoy convencido que la línea roja es lo que signifique más uribismo en este país”.

Roy Barreras, quien fue uribista, dijo que fue “engañado” cuando apoyó al expresidente. No se sabe si igualmente escogió ‘engañado’ a Uribe como padrino de su hijo.

De este quinteto que se llama “progresista” hace parte el pastor Saade, quien mostró poco en ese sentido al decir que en Colombia debe haber “cero abortos”. La legalización del aborto es uno de los más fuertes reclamos de las mujeres, especialmente las identificadas con la izquierda y las ideas progresistas.