La Liga BetPlay, conocida por su intensidad y pasión desenfrenada, ha presenciado un espectáculo desalentador esta temporada. Los equipos que alguna vez fueron los titanes del fútbol colombiano: Millonarios, Nacional, América y Junior, ahora luchan por mantenerse a flote en un mar de incertidumbre y desilusión.
Esta temporada, más que nunca, su desempeño es un eco lejano de sus gloriosos días pasados.
Millonarios, un equipo que solía dictar el ritmo del juego con maestría, ahora parece estar desorientado en el campo, sufriendo su cuarta derrota consecutiva. La hinchada, que alguna vez rugió con orgullo en El Campín, ahora se ve obligada a ofrecer aplausos de ánimo en medio de un mar de desesperación.
¿Será la misma historia en la Copa Libertadores? La era dorada de Millonarios parece estar en el pasado, sepultada bajo un manto de errores tácticos y falta de liderazgo en el terreno de juego. De cara al reto internacional, parece que la historia no será diferente para los dirigidos por Gamero, luego de ver qué dos clubes -Nacional y Águilas-, ya se quedaron afuera del certamen.
Nacional, otro gigante que ahora parece más como un coloso herido, busca desesperadamente una redención que parece escurrirse entre sus dedos. Una serie de derrotas humillantes, incluida la eliminación en la Copa Libertadores con una goleada dolorosa, han dejado al equipo tambaleándose en busca de estabilidad. La renuncia del entrenador John Bodmer, acosado por las amenazas de los hinchas, refleja el caos que reina en el club y la eminente vergüenza que sienten los aficionados en el país. Ahora bien, ¿Se verá algún cambio con la llegada de Repetto?
Júnior, que una vez lideró la liga con autoridad, ahora se arrastra por el campo en una lucha frenética por recuperar su antigua gloria. Seis jornadas sin victoria y un juego carente de chispa y eficacia han llevado al equipo a la sexta casilla de la tabla, una sombra pálida de su antiguo yo, de cuando su propio director técnico expresaba, "Es fácil para mí estar al frente de un equipo con jugadores como los de Junior".
Sin embargo, a pesar de las palabras de Arturo Reyes, el equipo desde hace varios juegos no encuentra rumbo. Destellos individuales, son los que han permitido las pocas anotaciones en los partidos, y esto, -la falta de gol-, es lo que también preocupa de cara a la representación del cuadro barranquillero en la Copa Libertadores.
Y luego está América, el más afectado por esta espiral descendente. Con seis fechas sin ganar y ocupando la penosa casilla 17 de la tabla, el equipo de Cali enfrenta una crisis que amenaza con despojarlo de toda esperanza. El discurso de su entrenador, César Farías, revela la desesperación que se cierne sobre el club, con excusas que solo resaltan la magnitud de su descalabro, “No podemos seguir jugando bien y perdiendo”, "Los otros equipos grandes también, en su mayoría están viviendo la misma circunstancia, todo es ganar de cualquier forma", "Controlar la cabeza, ver las cosas con claridad y no entrar en precipitaciones”, entre otras.
¿Qué ha pasado con estos equipos? ¿2024 es el 'bache' de los pilares del fútbol colombiano? La respuesta no es sencilla, pero es innegable que la falta de dirección táctica, la ausencia de liderazgo en el campo y una crisis de confianza generalizada han contribuido a su caída. La arrogancia de los días pasados ha sido reemplazada por la humildad de los derrotados, y el futuro de estos equipos parece más incierto que nunca.
En un panorama dominado por la mediocridad, hay una luz tenue de esperanza en Santa Fe, un equipo que ha logrado mantenerse relativamente estable en medio del caos que rodea a sus rivales. Sin embargo, incluso esta esperanza parece frágil en un contexto donde la excelencia futbolística se ha convertido en una reliquia del pasado.
En última instancia, la Liga BetPlay de esta temporada ha sido testigo de un triste declive de los equipos grandes, un recordatorio sombrío de que incluso los gigantes pueden caer. Si estos equipos desean recuperar su antigua grandeza, necesitarán más que simples promesas y disculpas. Requerirán una transformación fundamental, tanto dentro como fuera del campo, si esperan volver a dominar los corazones y las mentes de los fanáticos colombianos.
