El mediocampista francés Paul Pogba, campeón del mundo en Rusia 2018, ha sido suspendido oficialmente por dopaje tras dar positivo por testosterona en un test realizado en agosto del año pasado. Esta dura sanción lo mantendrá alejado de las canchas durante cuatro años, según lo informado por el tribunal antidopaje italiano, en respuesta al caso presentado por la fiscalía de ese país.
Con una destacada carrera que incluye pasos por clubes como Juventus y Manchester United, así como su participación en la selección francesa, Pogba llegó a ser considerado una de las grandes promesas del fútbol en la última década. Sin embargo, esta sanción representa un revés significativo en su trayectoria deportiva.
El caso de dopaje se remonta a agosto del año pasado, durante una prueba realizada al futbolista después de un partido de la Serie A italiana entre Juventus y Udinese. Aunque inicialmente Pogba fue suspendido de forma provisional en septiembre, posteriormente se confirmó el resultado positivo en la muestra B de la prueba, que evidenció el uso de testosterona por parte del jugador.
El entorno de Pogba argumentó que el uso de la sustancia prohibida se debió a un complemento alimentario recetado por un médico en Estados Unidos. Sin embargo, la defensa del futbolista no logró comprobar la utilización accidental de la testosterona, lo que habría reducido la sanción a dos años en lugar de cuatro.
Esta suspensión representa un golpe para la carrera de Paul Pogba y sus aspiraciones futbolísticas, y destaca la importancia del cumplimiento estricto de las regulaciones antidopaje en el deporte de alto rendimiento.
