El papa Francisco ha pedido la prohibición universal de la gestación subrogada, una práctica que, a su juicio, “ofende gravemente la dignidad de la mujer y del niño” y “se basa en la explotación de la situación de necesidad material de la madre”.
Durante su discurso ante el cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede, el Pontífice ha asegurado que el camino hacia la paz implica el “respeto de la vida”, incluyendo la “del niño no nacido en el seno materno, que no puede ser suprimida ni convertirse en un producto comercial”.
El papa Francisco ha hecho un llamamiento para que la comunidad internacional se comprometa a prohibir universalmente esta práctica. En cada momento de su existencia, la vida humana debe ser preservada y tutelada, aunque constato, con pesar, especialmente en Occidente, la persistente difusión de una cultura de la muerte que, en nombre de una falsa compasión, descarta a los niños, los ancianos y los enfermos.
No es la primera vez que Jorge Mario Bergoglio alza la voz contra la maternidad subrogada. Hace poco la definió como una práctica “inhumana”, pese a que recientemente el Vaticano dio luz verde a que las parejas homosexuales puedan bautizar a sus hijos nacidos por esta vía si existe “la fundada esperanza que será educado en la religión católica”.
Estas declaraciones dieron la vuelta al mundo y han generado comentarios de todo tipo en las redes de quienes apoyan esta postura y de aquellos que han encontrado en esta opción la oportunidad de formar familia con hijos propios a través del vientre subrogado.
En nuestro país esta práctica aún no posee regulación.
