La familia de Ángela Chisacá continúa los esfuerzos para encontrar a la comerciante colombiana de 39 años que desapareció de manera misteriosa en el municipio de Girardot, Cundinamarca, a pesar de la falta de respuesta de la Fiscalía y las autoridades.
Chisacá, propietaria de una pizzería en esta localidad, desapareció en la noche el 12 de julio pasado cuando salió de su casa y lo único que se sabe es que su vehículo apareció horas después calcinado.
Constancia Bogotá, la madre de Ángela, destaca que lo peor para ella es la "incertidumbre de no saber" qué pasó con su hija, y le entristece que hoy, el día en el que cumpliría 39 años, su "niña" esté lejos de casa.
El caso se encuentra en estado de investigación, pero la Fiscalía todavía no ha dado ninguna muestra a la familia de tener indicios de su paradero.
La desaparecida llegó a su vivienda a eso de las 11:40 de la noche del miércoles 12 de julio y, según una cámara de seguridad, salió al poco tiempo en un su propio vehículo, un Toyota Corolla rojo, que tenía vidrios polarizados.
El mismo automóvil apareció horas después incinerado en el caserío Cámala del municipio de Flandes, vecino a Girardot, lo que llevó a la policía, según reportaron entonces varios medios de comunicación, a creer que el caso fuese una desaparición "forzada" pues ningún grupo o persona ha llamado para pedir dinero o atribuirse un secuestro.
Ángela es propietaria del restaurante Di’María Pizza Artesanal y tiene dos hijas, razones por las que su madre niega que pudiera huir o querer escaparse: "Nunca hubiera abandonado a sus hijas, eran su vida".
La Alcaldía de Girardot comenzó ofreciendo una recompensa de 22 millones de pesos colombianos (5.500 dólares) a la persona que tenga información que pueda ser de utilidad para encontrarla, y ese importe ascendió a 50 millones de pesos al no obtener resultados.
Constancia espera que su caso no caiga en el olvido y, a pesar de la falta de avances en la investigación, "puedan encontrar a Ángela", pues ellos no han perdido la esperanza. EFE
