La reciente intervención de la Superintendencia de Salud a la EPS Sanitas ha generado un intenso debate político en Colombia, con líderes expresando opiniones encontradas sobre el estado y el rumbo del sistema de salud nacional.
El expresidente Álvaro Uribe, en un mensaje publicado en sus redes sociales, expresó su preocupación sobre el impacto de la intervención en la oferta de servicios de salud para la ciudadanía. Uribe señaló que "a las buenas o a las malas parece ser el designio oficial para que la ciudadanía quede sin buenos aseguradores en salud", insinuando un posible aumento del estatismo y la politiquería en el sector.
La respuesta del presidente Gustavo Petro no se hizo esperar, quien a través de sus redes sociales enfatizó en la importancia de mantener los servicios de salud accesibles para todos los ciudadanos. Petro aseguró que "ningún estatismo" se impondría, y que las clínicas, hospitales y consultorios seguirían siendo pagados con dinero público, sin intermediarios, garantizando así su crecimiento y sostenibilidad.
Además, Petro destacó la importancia de la libre elección de médico para los afiliados de las EPS intervenidas, así como la necesidad de asegurar el pago de anticipos a las clínicas y hospitales para garantizar la estabilidad laboral de su personal.
El cruce de mensajes entre Uribe y Petro refleja la complejidad y la urgencia de la situación en el sistema de salud colombiano, especialmente en medio de la votación pendiente en el Congreso sobre la ponencia que busca archivar la reforma de la salud propuesta por el Gobierno de Petro.