Falta más de un año para las elecciones del nuevo secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA) que sustituirá a Luis Almagro, sin embargo, el clima electoral ya empieza a sentirse en los alrededores de la organización regional con sede en Washington.
Si bien no hay ningún planteo formal aún, en las conversaciones previas entre los países surgen varios nombres de posibles candidatos. Son muchos los países que creen que la secretaría general debería estar ocupada por una mujer.
En ese sentido hay dos nombres que suenan fuerte. Uno es el de la ex presidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla (2010 a 2014). Y el otro nombre es el de la ex vicepresidenta de Panamá (2014 a 2019), Isabel de Saint Malo.
Otro nombre que ha sonado entre las propuestas, es el del ex presidente colombiano Iván Duque, que ya tiene presencia en Washington porque colabora con el centro de pensamiento Wilson Center, pero que tendría, en caso de querer postularse, la misma dificultad que Almagro en 2020: el gobierno de su país no lo apoyará, dado que Gustavo Petro mantiene un fuerte enfrentamiento con él.
México, uno de los países más grandes del continente, en 77 años de vida de la OEA nunca tuvo un secretario general pese a que varias veces postuló candidatos. Previo a la campaña electoral en la que Almagro fue reelecto, hubo un nombre que, si bien no fue postulado formalmente, se manejó en las negociaciones previas y ahora vuelve: el de Alicia Bárcena, actual canciller del presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador. Bárcena dirigió la CEPAL y fue precandidata a dirigir el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en las elecciones de 2022. No es un detalle menor que este año hay elecciones presidenciales en México.
Pero aún queda mucho por definir. No solo porque las elecciones serán recién en marzo de 2025, sino también porque hay al menos seis votos en la OEA que dependerán de lo que pase este año. En siete países del continente hay elecciones este año: El Salvador, República Dominicana, Panamá, México, Uruguay, Venezuela y nada menos que en Estados Unidos.
No es lo mismo una negociación de los países con Joe Biden en la Casa Blanca que con Donald Trump, por lo que por más que la ansiedad gane a algunos países, el rumbo de la organización está lejos de definirse.