En la zona que comprende Arauca, del lado colombiano, y el Estado Apure, del venezolano, la violencia no cesa.
El gobierno de Iván Duque acusa al presidente venezolano, Nicolás Maduro, de proteger en esa área a grupos armados como las disidencias de las Farc y el Eln. Desde Caracas niegan dichos señalamientos.
En el mes y medio que va del 2022, más de 80 personas han sido asesinadas en la región. Algunas de estas eran habitantes del sector, que sufrieron las consecuencias de grupos guerrilleros que se apartaron del acuerdo de paz de 2016.
«Han sido 86 homicidios en 2022, de los cuales 16 personas tenían orden de captura, ya que tenían vínculos con grupos criminales», indicó en Twitter el ministro del Interior, Daniel Palacios, al término de un consejo de seguridad en el municipio fronterizo de Tame (noreste).
Esta frontera se volvió uno de los principales focos de violencia luego de la firma del acuerdo de paz hace seis años. Principalmente, porque algunos grupos no estaban conformes con lo pactado y encontraron asilo en el país vecino.
El motivo de tantos enfrentamientos entre estos grupos es la búsqueda del control del narcotráfico en la zona, y los 7 mil uniformados de la fuerza pública colombiana que custodia la frontera no son suficientes para detenerlos.
Hace poco tiempo las disidencias de las Farc les declararon abiertamente la guerra al Eln y la Segunda Marquetalia, comandada por Iván Márquez.
«Vamos tras ellos. No importa en dónde se escondan, no importa si están en Venezuela y buscan moverse a Colombia. Vamos a capturar a quienes son los responsables», advirtió el ministro de Defensa, Diego Molano, desde el municipio de Tame.
Además, recordó que hay millonarias recompensas de por medio en caso de que alguien sepa y quiera comunicar información sobre algunos cabecillas, como alias Antonio Medina, Arturo o Pablito.
De acuerdo con estudios de la fundación Indepaz, el Eln tiene en sus filas cerca de 2.500 guerrilleros y las disidencias de las Farc un poco más de 5 mil.