David Lynch, uno de los cineastas más influyentes del cine contemporáneo, murió a los 78 años, según confirmó su familia a través de una publicación en Facebook. La causa de su fallecimiento no fue revelada, pero Lynch había hablado previamente sobre su lucha contra el enfisema.
En el comunicado, la familia pidió privacidad y expresó su pesar por la pérdida. “Hay un gran agujero en el mundo ahora que ya no está con nosotros. Pero, como él diría, 'Mantén la vista en la rosquilla y no en el agujero’”, señalaron, acompañando el mensaje con una reflexión sobre el día soleado que marcó su partida.
Lynch ganó notoriedad en la década de 1970 con el estreno de su primera película, Eraserhead, un trabajo surrealista que marcó el inicio de una carrera que incluyó clásicos como Blue Velvet, Mulholland Drive y la icónica serie Twin Peaks. Su enfoque distintivo, caracterizado por explorar lo extraño y lo inquietante, influyó profundamente en el cine y la televisión.
Entre sus obras más destacadas también figuran Corazón salvaje, que ganó la Palma de Oro en el Festival de Cannes; El hombre elefante, una película biográfica que recibió múltiples nominaciones al Oscar, y Una historia recta, un relato conmovedor que contrastó con sus habituales tonos oscuros.
A lo largo de su carrera, Lynch se consolidó como un creador ecléctico, inspirando tanto a críticos como a audiencias con su capacidad para transformar lo cotidiano en lo extraordinario. Su obra influyó en generaciones de cineastas y dejó un legado que sigue siendo objeto de análisis y admiración.
El fallecimiento de Lynch deja un vacío en el mundo del cine y el arte, mientras admiradores y colegas recuerdan su impacto como una figura que redefinió los límites de la narrativa visual y sonora.