Por: Alejandra Meléndez, Periodista y Editora Multimedia
Revista Alternativa
Los viajes a México, a Colombia o Ecuador y la oferta gastronómica y cultural que hay al otro lado del Atlántico son algunos de los ingredientes que han sido fuente de inspiración para el restaurante Mamaquilla, la nueva apertura de la ciudad en la que se rinde tributo a la comida latinoamericana, a sus gentes y a su forma de vida.
Al sabor del taco de las calles de Oaxaca en México, del pescado frito en las playas de Cartagena, de la bandeja paisa de los mercados de abastos de Bogotá y del ron guatemalteco; al color de los chiles peruanos que visten las calles de Lima o el olor a maracuyá que invade las calles de Río de Janeiro.
Los chefs Jorge Velasco y Joaquín Serrano han dado rienda suelta a su imaginación y su creatividad para orquestar a dúo una propuesta gastronómica con platos coloridos, y llenos de sabores auténticos en un ambiente original y desenfadado. Junto a ellos, Luis Díez, como maître y sumiller, al frente de una bodega de excepción, y Juan Olmos, bartender de la casa, que ofrece una carta líquida de atrevidos cócteles que continúan el viaje por el continente americano.
Carpaccio de gamba.
MamaQuilla que en la mitología y religión inca, es la diosa de la luna y protectora de la mujer, es el pilar sobre el que se sustenta el restaurante. Una conexión que se establece para poner en valor la cocina tradicional de la mano del rico recetario latinoamericano, impulsada en sus inicios por las mujeres. “Lo bonito de la carta es que hemos jugado con las diferentes culturas latinoamericanas y con lo mejor de la gastronomía de cada país”, señalan los chefs Jorge y Joaquín.
Para el chef Jorge Velasco, sus viajes a Cartagena de Indias o la Ciudad de México, han sido una constante inspiración y cuenta que “siempre le ha sorprendido la variedad de guisos y frutas exóticas de la gastronomía colombiana”. Después de estar al frente de muchos negocios gastronómicos, trabajar con el reconocido chef Ramón Freixa (dos Estrellas Michelin y tres Soles Repsol) como responsable de la Dirección Gastronómica, y hasta diseñar cenas especiales para personajes como la ex canciller alemana Angela Merkel o el ex presidente de Colombia, Iván Duque, ahora confiesa que quiere llevar la alta gastronomía al ciudadano de a pie. “Estoy en un momento en el que me apetece hacer comida al alcance de todo el mundo”, y añade que con los diferentes platos de Mamaquilla han querido rendir un homenaje a los orígenes, a la tradición y a la pasión por la cocina latinoamericana.
Tiradito de lulo.
Arepitas de rabo de vaca.
En la carta que está pensada para compartir, destacan el patacón XXL, de ventresca Joselito tratado como un pibil, crème fraîche de tomate de árbol, lulo y encurtidos; el pescado costeño frito entero con mayonesa de ají amarillo; el ceviche verde de pargo, dados de aguacate tatemados, tirabeques y achiote; y la causa limeña en directo con carabinero, salsa botija y chips de patata violeta.
Lo especial de Mamaquilla es que además de tener las cocinas latinas en un solo sitio, forma parte de la nueva era de restaurantes en Madrid que ofrecen una experiencia 360 en los que se puede disfrutar de una muy buena cena, pero también hay espacio para la música, y la fiesta, en este caso, para sentirse como en Latinoamérica, al ritmo de la salsa, o la cumbia.
La estancia
El viaje por las Américas comienza nada más traspasar el umbral de este local. La zona de El Patio da la bienvenida con paredes de colores y balcones adornados con flores; es la puesta en escena con un carácter más informal para comer en barra y mesas altas. Los cinco sentidos reciben cientos de estímulos: el color, la música, la buena vibra del staff, la vegetación y el murmullo del agua, que emana de una fuente situada en la entrada del local, te trasladan al corazón de estos países. Tras una puerta de estilo colonial se encuentra La Estancia, donde el comensal se rodea de todo el glamour y la majestuosidad para comer ya sentado a la mesa y disfrutar de breves espectáculos marcados por esa música autóctona, que enriquecen aún más la experiencia. El Primer Piso es el lugar más especial de MamaQuilla; se trata de un espacio multifuncional, que sirve como sala de uso privado, zona para eventos y como galería de arte.
