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El 76 % de los refugiados ucranianos planea regresar a sus lugares de origen, según ACNUR

Entre los obstáculos principales para el retorno mencionados por los encuestados se encuentran la falta de acceso a servicios básicos como el agua y la electricidad, de oportunidades de empleo, de vivienda y de servicios educativos.

Foto: EFE/EPA/Robert Ghement.

De los refugiados ucranianos en otros países de acogida, un 76 % tiene planes de volver a sus lugares de origen, según la última encuesta de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) sobre los perfiles e intenciones de los desplazados por la guerra.

Los refugiados internos también planean o desean volver a sus lugares de origen en un 82 % de los casos, con alrededor de un 15 % que piensa hacerlo en los próximos tres meses.

«Es esencial que cualquier retorno sea voluntario, y no forzado o bajo presión», añadió desde Kiev por vía telemática Karolina Lindholm, representante del organismo en Ucrania.

Entre los obstáculos principales para el retorno mencionados por los encuestados se encuentran la falta de acceso a servicios básicos como el agua y la electricidad, de oportunidades de empleo, de vivienda y de servicios educativos.

En este sentido, Lindholm señaló que el trabajo del ACNUR en ese contexto se centra en la asistencia jurídica para recuperar documentos de identidad y títulos de propiedad, en la reparación de viviendas y en la puesta en marcha de proyectos piloto de casas prefabricadas.

«Hasta ahora, ACNUR ha apoyado la reparación de más de 13.000 viviendas y ha asistido a más de 240.000 personas con servicios de asistencia jurídica», recalcó la representante en Ucrania.

La actualización de ACNUR mostró que hay un gran interés por parte de los refugiados de volver a regiones como Cherníhiv, en el norte de Ucrania, Mykolaiv, al sur del país, o Járkov.

Además, Lindholm insistió en el efecto de los últimos ataques como el de la presa de Kajovka, el pasado 6 de junio, la cual abastecía de agua a cientos de miles de personas y ahora es «un desierto bajo un sol abrasador».

«Las necesidades humanitarias después de la destrucción de la presa son inmensas y realmente requieren del apoyo continuado de la comunidad internacional ahora y a largo plazo», concluyó.