Por: Pedro Alonso.
África no es el «patito feo» que ve el colonialismo, sino «el continente que va ayudar a salvar el mundo», declaró este martes, en una entrevista con EFE, la vicepresidenta de Colombia, Francia Márquez, que el año pasado hizo historia al convertirse en la primera mujer afrodescendiente que accede a esa alta magistratura.
«América Latina, África y el Caribe ahora son fundamentales para este momento que está viviendo la humanidad», afirmó Márquez a EFE en Nairobi, donde hoy se reunió con el presidente de Kenia, William Ruto, entre otros compromisos, dentro de su intensa gira africana.
«La conexión entre estos continentes -subrayó- permitirá plantear respuestas al mundo» ante la «crisis ambiental» o «los desafíos del hambre, los desafíos de la migración, los desafíos de las enfermedades, los desafíos en términos de transición energética».
«No somos los mayores emisores de gases de efecto invernadero, pero somos los que estamos pagando las peores consecuencias de lo que está generando el cambio climático», recordó la «número dos» del Ejecutivo colombiano, gran defensora del medioambiente.
ÁFRICA, LA REGIÓN CON MÁS POTENCIAL
El Gobierno progresista del presidente colombiano, Gustavo Petro, ve a África como la región con más potencial de crecimiento económico del mundo, con una población actual muy joven de unos 1.300 millones de habitantes que se prevé que se duplique para 2050.
Además, el Área Continental Africana de Libre Comercio (AfCFTA), con 54 Estados firmantes, es la zona de libre comercio más grande del mundo.
Así pues, para fortalecer las relaciones políticas, económicas, comerciales y culturales con África, Márquez emprendió el pasado miércoles una gira de ocho días que ya le llevó a Sudáfrica y Kenia y que cerrará este jueves en Etiopía, sede de la Unión Africana (UA).
Ese día se reunirá en Adís Abeba, donde Colombia planea abrir una embajada (la cuarta en África junto a las de Sudáfrica, Kenia y Ghana), con dirigentes de la UA para potenciar la «cooperación Sur-Sur» y abordar cuestiones como la «justicia racial y de género».
«No vamos a lograr detener (…) la extinción de la vida en el planeta (…) si no luchamos contra el racismo y si no luchamos contra el patriarcado. El papel de las mujeres hoy es fundamental en esta apuesta de cambio», advirtió.
Asimismo, destacó, Colombia apoya la demanda de la Unión Africana de tener asientos propios en foros como el G20 (grupo de países industrializados y emergentes) y el Consejo de Seguridad de la ONU.
«Este continente se merece tener esa misma participación», reclamó la vicepresidenta, al exigir que «la igualdad sea una realidad en estos espacios» en virtud de «la democracia participativa, inclusiva de todas las naciones, tal como lo establece la Carta de Naciones Unidas».
LA EMOCIÓN DE CONECTAR CON LOS ANCESTROS AFRICANOS
En el terreno emocional, esta gira -la de más alto nivel del Gobierno colombiano en 26 años a África- representa para Márquez un «momento histórico y muy especial».
«No dejo de sentir emociones en términos del plano personal porque reconozco que acá está la sangre de las raíces que conectan con mis ancestros y ancestras, que salieron hace cuatrocientos años en condición de esclavitud, deshumanizados, desarraigados», confesó.
Preguntada por qué Colombia tardó tanto en apostar decididamente por África, Márquez respondió que los anteriores gobiernos «no tenían una visión de África» y «siempre» miraban a «Europa, a otros continentes», una política que considera «equivocada».
«También creo -agregó- que es una visión del colonialismo, de seguir viendo a este continente como el patito feo y no como el continente que va ayudar a salvar el mundo y a la humanidad».
«Queremos -prosiguió- una relación entre pueblos y, por supuesto, que nos fortalezcamos económicamente, pero en una visión horizontal, donde nos reconocemos como pueblos hermanos que compartimos historia, que tenemos conexiones ancestrales».
UNA GIRA MARCADA POR LA POLÉMICA
Los costos de la gira y el tamaño de la comitiva -más de cincuenta personas- han provocado críticas de medios y políticos opositores en Colombia, que incluso tildaron el viaje de «safari vicepresidencial».
«Siempre va a haber críticas» de quienes buscan «todas las formas y las estrategias de minimizar mi trabajo», esgrimió Márquez sobre la polémica.
«El que hoy llegue una mujer afrodescendiente como yo a ocupar el segundo cargo más importante del país, la Vicepresidencia, eso representa un peligro para el ‘status quo», aseveró, al denunciar que en su país le han llegado a comparar con «simios».
«Eso -zanjó- es parte del racismo que tristemente vivimos no sólo en Colombia, sino en el mundo entero y que hay que deconstruir».
Frente a esas adversidades, que asume como «parte de la resistencia también y de la lucha», Francia Márquez no se amilana y promete seguir «trabajando para hacer que la dignidad se haga costumbre»