“En Madrid, según datos oficiales, unas 250.000 personas (un millón según los organizadores) asistieron a la movilización”.
Las reformas de la salud no solo han agitado el tema político y social en Colombia, donde el gobierno del presidente Petro acaba de presentar un proyecto de reforma al Congreso de la República, que ha generado un fuerte debate con la oposición y ha llevado a miles de personas a manifestarse en la calle. En España los vientos agitados de la salud también han convocado a miles de personas que han salido a protestar.
Convocada por 74 entidades sociales y apoyada ampliamente por sindicatos y partidos de izquierda, la manifestación del 12F llenó de cientos de miles de personas las calles y plazas de diferentes puntos de España: Madrid, Santiago de Compostela y Burgos. Los manifestantes pidieron la derogación de las leyes que, según consideran, permiten la privatización sanitaria, así como un aumento de las plantillas con contratos “dignos y estables”.
En Madrid, según datos oficiales, unas 250.000 personas (un millón según los organizadores) asistieron a la movilización. En Santiago de Compostela, capital de Galicia (noroeste), varios millares de personas protestaron contra la política sanitaria del gobierno conservador de la región, convocada por la plataforma SOS Sanidad Pública y respaldada por partidos, sindicatos y otras entidades.
Participaron más de 50.000 manifestantes, según los organizadores, y 22.000 según la Policía local, en defensa de la sanidad pública de calidad y, especialmente, de la atención primaria. Igualmente, arremetieron contra “los recortes de los presupuestos aplicados por los sucesivos gobiernos del Partido Popular” y la tendencia a la “privatización” sanitaria.
En Burgos (norte del país), unas 11.000 personas, según cálculos policiales, salieron a la calle para pedir que se recupere el hospital universitario de la ciudad para todos los servicios públicos sanitarios.
También defendieron el valor de la sanidad pública y una atención primaria pública y de calidad en esta ciudad de Castilla y León, región donde también gobiernan los conservadores.
El Manifiesto 12F
“Vecinas y vecinos de los barrios y pueblos de Madrid”, convocantes de la manifestación del domingo 12 de febrero en defensa de la sanidad pública y contra el desmantelamiento de la Atención Primaria, censuran en un manifiesto “la inacción y la dejación de funciones” del gobierno de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, en la protección del sistema sanitario público y le reclaman más inversión.
En el manifiesto, que se leyó en la madrileña plaza de Cibeles, los convocantes señalan que “la política sanitaria de la Comunidad de Madrid está dirigida a garantizar los beneficios de empresas y lobbies sanitarios, en lugar de estar enfocada al cuidado de todas las personas y a garantizar nuestro derecho a la salud”. Hoy, “aquí, no solo defendemos el derecho a la sanidad pública, también protegemos el derecho a una sociedad más justa y democrática”, afirman en el texto, en el que recalcan que “la salud es un derecho que solo se garantiza desde la equidad de lo público”.
Tras recordar que el 13 de noviembre de 2022, cientos de miles de madrileños se manifestaron en la plaza de Cibeles, para reclamar una sanidad pública, de calidad y universal, indican que en estos tres meses “el deterioro ha crecido de forma exponencial”.
Para los promotores de la marcha, se ha producido un aumento de las plazas no cubiertas en los centros de salud, han dinamitado las urgencias de Atención Primaria, creando un auténtico caos tanto en los servicios rurales como en los urbanos, han decidido dejar centros de urgencias sin médico, no construyen los centros de salud comprometidos, ni reforman “los que se caen a pedazos”.
“Los manifestantes pidieron la derogación de las leyes que, según consideran, permiten la privatización sanitaria, así como un aumento de las plantillas con contratos ‘dignos y estables’”.
Resaltan que hace mucho tiempo que los madrileños llevan a cabo movilizaciones ante los centros de salud y los Servicios de Urgencias de Atención Primaria en muchos barrios y pueblos de la región y también apoyan las huelgas de los médicos, de los actuales Puntos de Atención Continuada y del personal del Summa, ante lo cual “la Consejería de Sanidad ha demostrado absoluta indiferencia, nula intención de acuerdos y dejación de funciones”.
Hoy, indican en el manifiesto, “en Madrid, volvemos a levantarnos y les decimos que ese modelo no lo aceptamos, que no está dentro de lo que la ciudadanía de toda condición o tendencia política admite en esta comunidad, porque con nuestra salud no se juega” y aseguran que seguirán con más acciones como la consulta popular que van a realizar del 20 al 27 de marzo para exigir mayor financiación de la sanidad pública.
Entre sus reivindicaciones, destacan el 25 por ciento del presupuesto de sanidad para la Atención Primaria, el blindaje de la sanidad pública con la derogación de las leyes que permiten la privatización sanitaria y el aumento de las plantillas tanto en los centros de salud como en las urgencias y hospitales con contratos “dignos y estables” que frenen el éxodo de profesionales de Madrid a otros lugares.
También reclaman que todos los madrileños tengan asignado su médico, su pediatra y su enfermera, y rechazan el recorte de horario de los centros de salud en el turno de tarde.
La apertura inmediata de las urgencias extrahospitalarias con el personal sanitario al completo y la reducción de los tiempos de espera en los centros de salud y hospitales también figuran entre sus demandas.
La política del gobierno conservador (Partido Popular) de la región está dirigida “a garantizar los beneficios de empresas y lobbies sanitarios, en lugar de estar enfocada al cuidado de todas las personas y a garantizar nuestro derecho a la salud”, denunciaron los convocantes en el manifiesto.
Los manifestantes pidieron la derogación de las leyes que, según consideran, permiten la privatización sanitaria, así como un aumento de las plantillas con contratos “dignos y estables”. Aseguraron que el “deterioro” del sistema sanitario madrileño ha crecido de “forma exponencial” durante los últimos meses, con un aumento de vacantes laborales no cubiertas, una precarización de los servicios de atención primaria, como las urgencias, y un déficit de infraestructuras sanitarias, según enumeraron.
El pulso entre los sanitarios y Díaz Ayuso se mantiene. Ninguno quiere ceder y se esperan nuevas manifestaciones para presionar el pliego de exigencias que tienen los servicios médicos.