Laura Sarabia y Armando Benedetti- Archivo particular-Prensa Presidencia.
Por: Jorge Lesmes M.
Editor Revista Alternativa
Laura Sarabia y Armando Benedetti tienen todavía muchas cosas por contar en esta novela policiaca donde cada nuevo capítulo es más sorprendente. Es una novela de esas del bajo mundo. De más oscuros que claros. De dos personajes que se convirtieron en pocos meses en la primera línea del presidente Gustavo Petro.
Laura Sarabia, se sentó en el trono más poderoso en la Casa de Nariño, sin ninguna experiencia política para mover los hilos del poder. El filtro que tienen los presidentes antes que ministros, congresistas, embajadores e incluso amigos, pasan el umbral de la puerta de su despacho.
La joven jefa de Gabinete, con cara de nerd y casi siempre vestida de blanco, pronto despertó el interés de los medios porque vivía a la sombra del presidente Petro en cuanta reunión en Palacio, en el extranjero y en los recorridos por las regiones del país. Siempre sentada a su derecha, con una libreta, un esfero y presta a responder cualquier pregunta del mandatario.
Pero el poder enceguece. Es adictivo. Y pronto se dio cuenta que sus palabras eran órdenes para los ministros, para el personal a su disposición. Se dio cuenta que en su entorno no se movía una hoja sin su consentimiento. Que su presencia inadvertida de la época de campaña y los primeros meses en Palacio, era cosa del pasado. Que ahora tenía el poder en sus manos.
Fotos: Prensa Presidencia de la República.
En efecto, y así lo ejerció. El 29 de enero pasado se escribieron las primeras palabras de esta novela del bajo mundo. A la jefa de Gabinete le hurtaron una cifra, todavía indeterminada, en su casa. En un principio dijo que eran cerca de 4.500 dólares. Después en su denuncia ante las autoridades habló de 3.500 dólares. Y en la medida que han venido sumando personajes a la historia, la cifra del robo ha ido cambiando. Se habla de 150 millones y hay quienes sostienen que por ahí pasó de largo la cifra.
Entonces, el poder había que utilizarlo. Y así lo hizo. Su esquema de seguridad fue sometido a pruebas de polígrafo para buscar un responsable de la pérdida de la plata. Pero a ese grupo de funcionarios públicos, se agregó otro personaje: Marelbys Meza, la niñera de su pequeño hijo, que pronto se convertiría en el personaje central de esta trama. Y como buen personaje de novelas negras, la “Marys”, como ahora la conoce la opinión pública, también juega sus cartas como lo hacen los tabúes en una mesa de póker.
Marelbys Meza conoce las dos caras de esta historia. Conoce la vida de los personajes de puertas para adentro. Con los dos tuvo el mismo problema: hurto de dinero en sus correspondientes casas. También sus dos patrones la sentaron en el polígrafo. El de su jefe Benedetti con una compañía privada, en esa oportunidad no pasó. Como tampoco en el polígrafo oficial de Casa de Nariño.
Pero ella no es funcionaria pública. Y ese pequeño detalle, se convirtió hace una semana en el florero de Llorente, de un escándalo que ha dejado en el asfalto al curtido político Armando Benedetti. Un camaleón político, de lengua suelta y que enfrenta cuatro investigaciones judiciales. Estas estaban en poder de la Corte Suprema de Justicia y pasaron a la Fiscalía General. Las cuatro están relacionadas por presunto enriquecimiento ilícito, tráfico de influencias, violación de comunicaciones e injuria y calumnia. La Corte lo investigaba, porque siendo senador había incrementado su patrimonio en más de tres mil millones de pesos.
Laura Sarabia y Armando Benedetti, desde el asfalto y sin el poder que los cobijó como jefa de Gabinete y Embajador en Venezuela, tendrán que responder muchas preguntas a la Fiscalía General de la Nación.
Todas igual de graves y delicadas. Empezando, por saber realmente cuánta plata se perdió en ambos apartamentos. La niñera que trabajó tanto para Benedetti como para Laura ha dicho que ambos movían altas cifras de dinero.
Los colombianos esperan las respuestas de por qué un embajador contrata vuelos charter como empresario millonario, cuando existen una serie de protocolos por parte de la Cancillería para los viajes, viáticos y permisos de los diplomáticos. Y más aún ¿Por qué el Embajador contrató un vuelo privado de ida y vuelta a Caracas teniendo como pasajera a la niñera Meza?.
Las preguntas continúan. ¿Abusó del poder Laura Sarabia para ordenar “chuzar” el celular de la niñera después del hurto en su casa por más de trece días como lo ha sostenido el Fiscal general de la Nación¿ ¿Con qué fin se hizo esa interceptación ilegal?.
¿Quién le dio la orden a la policía judicial de la Dijin para interceptar el teléfono de Marelbys Meza, con la coartada de ser señalada como la cocinera de un narco del Clan del Golfo?.
¿Por qué razón se interceptaron las comunicaciones y qué buscaba la exjefa de Gabinete con esa información?. Y, además, si la orden no solo fue interceptar a la niñera, sino también a periodistas y a miembros de la oposición, como en las épocas aciagas del DAS cuando interceptó a Magistrados, líderes sociales, entre otros.
La novela aún no termina. El penúltimo capítulo ha sido la decisión del presidente Petro de prescindir de Laura Sarabia y Armando Benedetti. «Mientras se investiga, mi funcionaria querida y estimada y el embajador se retiran del Gobierno para que desde el poder que implican esos cargos no se pueda tener desconfianza», dijo Petro en una ceremonia de ascensos militares en Bogotá.
Ahora, el nuevo capítulo lo tendrán que escribir desde el asfalto estos dos personajes que tendrán que rendir cuentas ante las autoridades con el fin que se conozca la trama de esta novela negra, con personajes tan misteriosos como los de Edgar Allan Poe en su magistral obra El corazón delator.