Por Carlos Passage
Crítico especializado en música
La nueva propuesta musical de la banda de salsa colombiana Calle Maestra, producida por José Aguirre, le rinde tributo a la salsa de la vieja escuela, pero con toda la potencia de la riqueza rítmica, armónica y melódica de la salsa contemporánea.
José Aguirre va rumbo al Afterhours Music Recording Studios en Miami. Ese es actualmente su santuario, el lugar en donde les “echa candela” a sus proyectos. Miles Davis decía que, para que se produjera la verdadera magia en una sala de grabación, había que dejar al menos un 30 % de espacio para que entrara Dios. Y Aguirre, un hombre de absoluta fe, lo sabe.
Definitivamente crear música no solo es de humanos: es una experiencia religiosa que tiene que involucrar, para llegar a esa magia de la que hablaba Davis, a la divinidad. Simple.
En su travesía casi diaria a los Afterhours, con el Miami de siempre ardiendo y oliendo a velocidad y a prisa en estos tiempos modernos de la pandemia, Aguirre hoy ya no disfruta, a su pesar, del aroma ineludible y entrañable de las matas de café, del tinto de las tiendas de esquina de su natal departamento de Caldas, donde nació hace cincuenta años, pero lo que sí hace cotidianamente, y le encanta, es retroceder en la memoria hacia aquellos tiempos que se mantiene intacta, anclada como roca eterna en el cerebro, y así mirar y tratar de esclarecer el futuro.
Funciona, muchas veces.Y es que Aguirre adora el antes, pero se mantiene firme en el suelo del presente. Esta convicción y la disciplina están manifestadas en lo que hace a diario en el estudio de grabación y ahora se lo está dejando saber al mundo en su nuevo proyecto con Calle Maestra, la super orquesta salsera que fundó hace casi una década y que ahora está establecida en Miami, con músicos colombianos, puertorriqueños y estadounidenses.
De regreso al gran sonido
El nuevo disco de Calle Maestra, Back to the Great Sound, es una pequeña obra de arte retro de la salsa de la vieja escuela, la del ayer, pero con toda la potencia de la riqueza rítmica, armónica y melódica de la salsa contemporánea.
Todo empieza con Dios en el estudio y su 30 % de participación y también con una grabadora de carrete abierto (de las que se usaban en la prehistoria, que suenan a inmortalidad), con la cual Aguirre y su equipo de ingenieros grabaron en forma análoga el álbum que luego fue mezclado y masterizado digitalmente. La grabación análoga, tendencia hoy en la industria, es una rareza, una extravagante y excéntrica forma de trabajar, que suena finalmente a vísceras, a sangre y madera, a metales, a Dios.
Para completar y asegurar la ecuación de Back to the Great Sound, Aguirre contactó al mejor ingeniero de salsa de todos los tiempos para que mezclara y masterizara lo que él había hecho en los Afterhours Studios con Hal Batt, Jacob Batt, Rolando Alejandro y Joseph Salamida, de los Vanquish Studios, en Davie, Florida, que sirvió como sala adicional. Obviamente, para entender esta pincelada de salsa old school no había que traer a un chico de 30 años: había que seducir a Jon Fausty, quien tiene su estudio cerca de Miami, en Tampa. Y lo logró.
La leyenda Fausty
Fausty es un “viejo zorro” de la salsa. Su primer éxito mundial fue en 1965, cuando masterizó Mozambique, de Eddie Palmieri, un álbum que tendría consecuencias políticas y musicales. Luego trabajó, durante el resto de la década, con Bobby Valentín, Celia Cruz, Ismael Rivera, Ricardo Ray, La Sonora Ponceña y con Willie Colón y Héctor Lavoe, en su fantástico disco The Hustler, con Johnny Pacheco como productor, Jerry Masucci como director de la grabación e Izzy Sanabria como director de arte (Sanabria, de forma sorprendente, también fue reclutado por Aguirre para el álbum. Es el mago inolvidable del diseño e hizo todo lo de la Fania).
Fausty trabajó en los setenta con todos los grandes: Fania All Stars, Conjunto Clásico, Ray Barreto, Pete El Conde Rodríguez, Johnny Pacheco, Roberto Roena y Larry Harlow. En los ochenta, con Rubén Blades, El Gran Combo, Los Van Van e increíblemente con David Byrne (de Talking Heads).
Durante la década del noventa, Fausty grabó, mezcló y masterizó para Henry Fiol, Roberto Torres, La India, Astor Piazolla, Ray de la Paz, Ángel Canales, Mickey Taveras y Paquito de Rivera. En este siglo ha trabajado con la leyenda del jazz George Benson, el bajista ya desaparecido Jack Bruce (de Cream), Charlie Cruz, Alfredo de la Fe, Puerto Rican Power, Gilberto Santa Rosa, Chucho Valdés y Víctor Manuelle. La otra orquesta colombiana que Fausty ha grabado, en sus sesenta años de carrera, es el Grupo Niche, en el año 2000, con el álbum Golpe de folklore.
El maestro José Aguirre no podía estar más feliz y orgulloso. Ganó el Latin Grammy con el Grupo Niche y espera ganar de nuevo el Grammy Anglo, pues el álbum 40 está nominado en la categoría Mejor álbum tropical del año.
El Eje
En el Eje Cafetero, donde José vivió de niño y adolescente, le decían a su madre que el chico debería “coger oficio”, porque se la pasaba soñando con música. Jairo Varela, su mentor y guía, al conocerlo en su estudio en la Calle Quinta de Cali, le dijo: “Y vos, ¿de dónde saliste?”. Nervioso, no supo qué responder. Alguien acudió en su auxilio y vino a explicarle a Varela que José Aguirre era el bendito “muchachito” de Pereira del que tanto le habían hablado.
Jairo lo escrutó de arriba abajo con ojos curiosos y ahí empezó la leyenda de esa sociedad. Veinticinco años más tarde, Aguirre continúa orgulloso la tradición de Niche, pero es su proyecto Calle Maestra el que está llamando la atención de la escena global de la salsa.