Felipe Agudelo y Carlos Granés. «El libro teje un relato de la relación entre arte y política».
Por: FELIPE AGUDELO TENORIO
Delirio Americano, el extenso ensayo escrito por Carlos Granés y publicado en España por la prestigiosa editorial Taurus, está llamado a constituirse como un libro fundamental, ya que es uno de los más importantes y pertinentes textos que se haya escrito en los últimos años, no solo en Colombia sino en América Latina, y sin lugar a dudas dará que hablar y, sobre todo, que pensar de aquí en adelante; a más que contribuirá a nutrir adecuada e intensamente las discusiones por venir.
En este trabajo investigativo se plasma un deslumbrante esfuerzo de comprensión y será, desde ya, un referente indispensable para quienes estén interesados en la historia política y cultural de América Latina; y para todos los que requieran reflexionar sin dogmatismos y comprender los diversos caminos de nuestros actuales procesos políticos, en un intento de vislumbrar e influir en el rumbo hacía el que nos dirigimos.
Es de interés del autor señalar que ese largo siglo XX latinoamericano, que él caracteriza como extremadamente convulso en lo social y lo político, estuvo signado en líneas generales por los intentos permanentes de establecer gobiernos autoritarios, aunque de distinto signo político
El libro teje un relato de la relación entre arte y política, entre artistas y políticos, a lo largo de lo que el autor denomina como el largo siglo XX latinoamericano. Fruto de una investigación de más de quince años y de la inmersión en una enorme bibliografía, Granés establece como un punto nodal las fechas de la muerte de José Martí y de la independencia de Cuba, que para él inauguran una nueva época en Latinoamérica. El libro abarca desde el final del siglo XIX hasta la segunda década del XXI, marcada por la muerte de Fidel Castro.
Analizando lo ocurrido entre esas dos fechas, el autor procede a una bien documentada disección de la manera en la que el arte y el poder se han interrelacionado, apoyándose unas veces, canibalizándose muchas y rechazándose las más, a lo largo de toda la región. Incluye en su investigación y en su estudio a todos los países, a sus principales gobernantes y a sus principales artistas.
Periodizado en tres grandes épocas, la de comienzos del siglo hasta los años 30, a partir de ahí hasta los años 60 y luego hasta la segunda década del siglo XXI, el libro comienza destacando el surgimiento de las llamadas vanguardias artísticas, en especial las literarias, quienes se anticiparon en muchos de sus postulados a las mismas vanguardias europeas, con las que luego mantuvieron una estrecha relación y de las que terminaron siendo ampliamente influidas.
Es de interés del autor señalar que ese largo siglo XX latinoamericano, que él caracteriza como extremadamente convulso en lo social y lo político, estuvo signado en líneas generales por los intentos permanentes de establecer gobiernos autoritarios, aunque de distinto signo político, lo cual dio pie a esos largos periodos de dictaduras y revoluciones que tiñeron la historia latinoamericana, en casi todas sus latitudes.
Lo que es más apasionante, notable e interesante en el ensayo de Granés es como entrecruza de manera minuciosa, país por país, la intensa y contradictoria relación entre esas vanguardias artísticas, literarias, pictóricas, arquitectónicas, musicales y cinematográficas con los diversos movimientos políticos que surgieron. Con auténtica pasión de investigador recorre no solo las ideas en boga, sino que escudriña en las biografías de los artistas y en las vidas de los principales líderes políticos del siglo XX latinoamericano.
A lo largo de su libro Granés no oculta sus preferencias por las grandes promesas de la democracia liberal, que como sabemos poco ha florecido en nuestros países, y señala como el gran peligro que nos acecha al populismo contemporáneo, esa fuerza autoritaria y antidemocrática que se fortalece en todo el mundo.
Los regalos que nos ofrece la lectura de Delirio Americano son variadísimos. La información que allí está sintetizada es una a la que pocos tienen acceso. En sus páginas se someten a análisis los principales momentos históricos de todos los países, incluyendo a Brasil, tantas veces y tan equivocadamente dejado de lado; pero siempre relacionando dichos momentos con la participación de todos los principales y más importantes artistas de cada país.
Son, además, un verdadero deleite los perfiles psicológicos que levanta y la forma en que narra los episodios biográficos, tanto de los grandes artistas como de los políticos que han gobernado nuestros países. Valgan como ejemplos la participación del ‘Doctor ATL’ y de Vasconcelos en la cimentación de la revolución mexicana; la relación de los grandes arquitectos brasileros con la dictadura; así como los complejos ires y venires entre los escritores argentinos y el peronismo.
El libro también nos permite, a los colombianos, entender algunas de nuestras peculiaridades, pues somos una excepción a la regla continental, puesto que no hemos recurrido a las desacertadas fórmulas políticas que se han probado en los demás países, como las dictaduras y las revoluciones. Nuestro camino ha sido otro, no ha requerido de tantos sobresaltos institucionales, pero la maldición de su violencia permanente tampoco nos ha permitido encontrar una vía que evite y solucione los grandes problemas que también aquejan a nuestros vecinos.
A lo largo de su libro Granés no oculta sus preferencias por las grandes promesas de la democracia liberal, que como sabemos poco ha florecido en nuestros países, y señala como el gran peligro que nos acecha al populismo contemporáneo, esa fuerza autoritaria y antidemocrática que se fortalece en todo el mundo. Por ello le dedica un serio análisis a este fenómeno, deteniéndose en el estudio del peronismo argentino, al que considera la influencia política más persistente en toda la región; dado que brotó hacia la mitad del siglo XX y aún permanece no solo vigente, sino que ha comenzado a influir en movimientos políticos populistas de otros lugares del mundo, principalmente en España y Europa. Fenómeno que caracteriza como la “latinoamericanización de Occidente”.
