Las salidas que se anticipaban en el gabinete desde hace varias semanas arrancaron este lunes 20 de enero. No se trata solo de que Gustavo Petro quería hacer ajustes en su equipo, son más decisiones políticas que con enfoque de Gobierno. La lista la inició Mauricio Lizcano, quien a primera hora confirmó la renuncia al ministerio de las Tecnologías de Información y Comunicaciones. Tal como lo había anticipado la semana anterior, dijo que al reunirse con el mandatario definirían si permanecería en la cartera TIC.
Luego se conoció la dimisión de Luis Gilberto Murillo y de ahí salió el anuncio que más ruido genera en el mundo político: quien es la funcionaria que lo reemplazará. Se trata de Laura Sarabia, actual directora del Departamento Administrativo de la Presidencia y mano derecha de Petro. Ella asumiría el cargo de ministra de Relaciones Exteriores el sábado 01 de febrero.
Entre tanto, el vicecanciller Jorge Rojas pasará a dirigir el Dapre, es decir, en la práctica sería un jefe de gabinete, función que ha desempeñado Sarabia con carta blanca del presidente y que ha generado incomodidades en algunos que no aceptan que ella sea quien los dirija. No obstante, ha quedado demostrado la confianza que le tiene el presidente.
Posiblemente también se vayan los embajadores de Colombia, en Reino Unido, Roy Barreras Montealegre; en Brasil, Guillermo Rivera; y en Argentina, Camilo Romero.
A las 3:35 de la tarde, la ministra de Transporte, María Constanza García, se despidió de sus despacho. "Total gratitud al presidente Gustavo Petro por la confianza depositada en mí durante estos dos años y medio, primero como viceministra de Infraestructura y, desde el 8 de julio de 2024, como ministra de Transporte", escribió.
Las renuncias, en su mayoría, se producen porque los funcionarios no quieren inhabilitarse para ser candidatos al Congreso o la Presidencia de la República en el año 2026. Precisamente, Murillo y Lizcano son, entre otros, a quienes los críticos al actual gobierno llaman parte del petro-santismo”, refiriéndose a los están con la causa de Petro, pero sus raíces se cimientan en las ideas de Juan Manuel Santos. Ambos han sonado como posibles aspirantes a la presidencia, de mantenerse un nuevo capítulo de la alianza Petro-Santos, misma corriente de los embajadores que se separarán de sus cargos.
Las elecciones legislativas son en marzo de 2026 y la primera vuelta de las presidenciales en mayo de ese mismo año. Por lo tanto, para cumplir la Ley, quienes pretendan postularse deben renunciar un año antes de la inscripción de candidaturas.
Con el paso de las horas las renuncias podrían ser más, porque indiferentemente de lo que pase en las presidenciales, la jugada política de la coalición gobernante es quedar con la mayor cantidad posible de representantes y senadores en el próximo cuatrienio. Además del poder que ello representa, buscan asegurar fortaleza en caso de que el próximo jefe de Estado no sea de izquierda.